Ayer, 31 de marzo de 2025, se llevó a cabo la Mesa de la Transformación Región 10 en el Estado de México, un evento que reunió a representantes de los municipios de Nicolás Romero, Jilotzingo, Otzolotepec, Temoaya, Xonacatlán e Isidro Fabela.
Esta iniciativa, impulsada por autoridades locales y estatales, tuvo como objetivo principal abordar los desafíos más apremiantes de la región y trazar un camino hacia el desarrollo sostenible, la preservación ambiental y el bienestar de sus habitantes.
La Mesa de la Transformación no fue solo una reunión protocolaria, sino un espacio dinámico de diálogo y propuestas concretas. Los municipios que conforman la Región 10, ubicados en una zona estratégica del Estado de México, comparten características geográficas y culturales únicas, pero también enfrentan problemáticas comunes como la tala ilegal, la gestión de residuos, la pobreza y la necesidad de mejorar la infraestructura. Ayer, líderes comunitarios, funcionarios municipales y expertos se sentaron a la mesa para discutir soluciones integrales que respondan a estas realidades.
El evento comenzó con un reconocimiento a la riqueza natural y cultural de la región. Temoaya, conocido como la cuna de la cultura otomí, y Jilotzingo, con sus bosques que forman parte del vital Bosque de Agua, destacaron como ejemplos de la importancia de equilibrar el progreso con la conservación. Por su parte, Nicolás Romero, uno de los municipios más poblados de la zona, aportó una perspectiva urbana que enriqueció el debate sobre planeación y servicios públicos.
Uno de los puntos centrales fue la protección del medio ambiente. La tala ilegal, una problemática que afecta especialmente a Otzolotepec, Jilotzingo e Isidro Fabela, fue abordada con propuestas que incluyen mayor vigilancia, incentivos para la reforestación y sanciones más estrictas. Los asistentes coincidieron en que el Bosque de Agua, que abastece a millones de personas en el Valle de México, debe ser una prioridad no solo regional, sino nacional.
Otro tema destacado fue la reducción de la pobreza y la desigualdad. Datos recientes señalan que en municipios como Otzolotepec más del 70% de las mujeres enfrentan condiciones de pobreza, un reflejo de las brechas que aún persisten en la región. Las autoridades propusieron proyectos de desarrollo económico local, como el fortalecimiento de la artesanía otomí en Temoaya y la promoción del turismo ecológico en Xonacatlán e Isidro Fabela, como vías para generar empleo y mejorar la calidad de vida.
La infraestructura también ocupó un lugar importante en la discusión. La conectividad entre estos municipios, que dependen de carreteras como la que une a Nicolás Romero con Xonacatlán, requiere mejoras urgentes para facilitar el transporte y el comercio. Se planteó la posibilidad de gestionar recursos estatales y federales para modernizar estas vías, un paso que podría transformar la dinámica económica de la Región 10.
Al cierre del evento, los participantes firmaron una serie de compromisos que incluyen la creación de un consejo regional para dar seguimiento a las propuestas, así como mesas de trabajo periódicas para evaluar avances. Además, se acordó involucrar a la sociedad civil y a las comunidades indígenas, cuyos conocimientos ancestrales fueron reconocidos como fundamentales para el éxito de cualquier iniciativa.
La Mesa de la Transformación Región 10 marcó un precedente de colaboración y voluntad política. Aunque los retos son significativos, el encuentro de ayer demostró que hay un interés genuino por construir un futuro más próspero y sostenible. Los habitantes de Nicolás Romero, Jilotzingo, Otzolotepec, Temoaya, Xonacatlán e Isidro Fabela ahora miran con esperanza hacia las acciones que surgirán de este esfuerzo colectivo, conscientes de que la transformación no solo es posible, sino que ya está en marcha.
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