El pasado sábado, el nombre de Carlos Alberto Guarneros Argüelles resonó en los medios y redes sociales de México, no por alguna hazaña arquitectónica, sino por la angustiosa noticia de su desaparición. Este joven de 24 años, estudiante de la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMex), fue visto por última vez en el corazón de Toluca, en la colonia Centro. Sin embargo, la búsqueda de este prometedor estudiante culminó en una tragedia cuando su cuerpo fue encontrado sin vida en las aguas de Playa del Carmen, Quintana Roo.
La desaparición de Carlos Alberto fue reportada por su familia el 8 de febrero, iniciando así una intensa búsqueda que involucró a autoridades del Estado de México y a la comunidad universitaria. La ficha de búsqueda se difundió rápidamente por redes sociales, describiendo al joven con su última vestimenta conocida: una playera verde, sudadera negra y pantalón color caqui. La solidaridad de amigos, compañeros y ciudadanos no se hizo esperar, pero la noticia que llegó el lunes 10 de febrero fue devastadora.
Turistas que disfrutaban de las playas de Playa del Carmen fueron quienes, sin buscarlo, dieron con el cuerpo flotando en el agua. De inmediato, las autoridades locales fueron alertadas, y el cuerpo fue trasladado al Servicio Médico Forense (Semefo) para las investigaciones pertinentes. Entre las pertenencias encontradas con el cuerpo, se identificó una credencial de la UAEMex, confirmando así la identidad de Carlos Alberto.
Aún no se ha determinado la causa exacta de su fallecimiento, pero las primeras investigaciones apuntan hacia un posible ahogamiento. La pregunta que se cierne sobre todos es cómo llegó Carlos Alberto desde Toluca hasta Playa del Carmen, una distancia de más de 1,600 kilómetros, y bajo qué circunstancias perdió la vida. Las autoridades de Quintana Roo, junto con las del Estado de México, están trabajando para esclarecer estos detalles.
La comunidad de la UAEMex, junto con la familia y amigos de Carlos Alberto, se encuentran en un profundo duelo. En redes sociales y en el campus universitario, se han compartido mensajes de condolencia y se ha pedido justicia. La vida de un joven lleno de sueños y proyectos se ha apagado de manera trágica, recordándonos la fragilidad de la existencia y la urgencia de encontrar respuestas en casos de desaparición.
Este evento ha levantado nuevamente el tema de la seguridad para los estudiantes, no solo en sus rutinas diarias sino también en sus viajes o desplazamientos fuera de su estado. Se ha vuelto un llamado a reforzar las medidas de protección y a agilizar los procesos de búsqueda cuando un estudiante desaparece.
Mientras la investigación continúa, la memoria de Carlos Alberto Guarneros Argüelles deja una marca en todos aquellos que lo conocieron y en la comunidad académica que ahora clama por justicia y por mejoras en la seguridad para evitar que tragedias como esta se repitan.
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